La colaboración más estrecha entre industrias e universidades es fundamental para el desarrollo social y económico. Vea ocho ventajas de esta interacción:
1. Fortalecimiento del emprendimiento
El emprendimiento debe ser estimulado en el ambiente académico. En los Estados Unidos, hay muchas escuelas de negocios que son referencia en el mundo, como Harvard y Wharton, en que profesores continúan trabajando en empresas. En Brasil, el enfoque se encuentra más en administración que en negocios y, muchas veces, los profesores no son incentivados a conciliar la vida académica con el día a día en las industrias.
2. Transformación de empresas en ambientes educacionales
Las universidades son ambientes educacionales por naturaleza, mientras que las empresas son vistas como locales de entrenamiento. Sin embargo, la interacción con el mundo académico podrá incentivar a que las industrias se conviertan en ambientes educacionales, con proyecto pedagógico y de desarrollo de nuevas habilidades y competencias.
3. Transferencia de conocimiento y generación de valor
Como ambientes naturales donde el conocimiento es incentivado y valorizado, las universidades pueden transmitir ese valor al ambiente de negocios. A partir de este punto, también aprenden a captar recursos al negociar las invenciones para que se tornen innovaciones. Un ejemplo en este sentido es Google, que fue creada en el ambiente universitario y se convirtió en un negocio lucrativo.
4. Interacción entre diferentes culturas
Tanto el ambiente empresarial como el académico tienen su propio conjunto de creencias y valores. Al interactuar, las industrias y universidades pueden armonizar sus culturas y perfeccionarlas al incorporar lo mejor que hay en cada una de ellas.
5. Profesionales que atienden las reales demandas sociales y económicas
La universidad debe preocuparse en formar profesionales con competencias para atender demandas sociales. Además, los estudiantes deben salir de la universidad con habilidades para negociar y reconocer el valor económico de sus competencias. Más que trabajadores, las universidades deben ser polos para formar emprendedores.
6. Incorporación de la visión de mercado por las universidades
Es necesario reconocer que tanto las invenciones como la propia formación de profesionales tienen un valor social y económico. Alumnos graduados en el sistema público necesitan, por ejemplo, ofrecer una contrapartida por la educación financiada por la sociedad. Ya los estudiantes que abandonan los estudios necesitarían costear los años que fueron invertidos en su educación.
7. Estímulo a la innovación
En el ambiente innovador, las universidades se centran en crear novedades y las empresas en producir los nuevos productos en serie y más baratos para el consumidor. Además, las universidades pueden incentivar el surgimiento de startups. La empresa grande, en general, perfecciona productos, mientras la industria nueva es la innovadora y viene a desafiar los grandes negocios.
8. Crecimiento de la competitividad
Ocurre un efecto multiplicador y la generación de un ciclo virtuoso de innovación: currículos académicos con contenidos más innovadores y formación de profesionales que generan productos innovadores y son más emprendedores. Más productos y empresas de éxito generan más empleos, recaudo de tributos, riquezas que, a su vez, generan mejores ambientes y demanda para universidades y emprendimientos innovadores.
Texto: Agencia CNI
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